Crisis en el mercado de papa argentino: sobreproducción, caída de precios y costos dolarizados golpean al productor
Argentina: crisis total en la cadena de la papa

En Argentina, la producción, o mejor dicho, la comercialización de papa enfrenta uno de los peores años de su historia. Debido en gran parte al entusiasmo productivo no respaldado por una demanda sonante, los productores trabajan a perdida.
Alfredo Pereyra, presidente de la FENAPP:
"Este es un año bastante jodido: estamos perdiendo plata y no salvamos ni el 20 % de la inversión."
Tras la llegada de Lamb Weston a Mar del Plata –inversión de 300 millones de dólares que prometía motorizar la demanda de papa para papas fritas congeladas– la ilusión se desinfló: la planta aún no opera a pleno y el resto de la industria (McCain, Simplot, Pepsico, 5 Hispanos) también redujo ritmo, saturando el mercado interno con tubérculo que no encuentra salida externa.
El resultado es un derrumbe de precios: la bolsa se paga a unos \USD 2.500–3.500 mientras producir una hectárea cuesta USD 7.000–10.000 y embolsar cada kilo ronda los \USD 180.
El problema se agrava por la estructura de costos dolarizados (alquileres, semilla, agroquímicos, riego, gasoil y energía) y por la fuerte expansión de superficie sembrada –85 000 ha, 55 % en el sudeste bonaerense y 30 % en Córdoba–San Luis– alentada por capitales que buscaron refugio frente a la inestabilidad macroeconómica.
Con un consumo per cápita de 52 kg al año (11 kg industrializados), el mercado interno no absorbe la sobreproducción, y la exportación pierde competitividad frente a Europa y Brasil por el tipo de cambio y el flete barato. Así, el productor vende a \USD 100/kg y pierde \USD 80, mientras el consumidor paga entre \USD 1.000 y \USD 1.500 por los márgenes de conservación y comercialización.
Las inclemencias climáticas completan el cóctel: heladas y lluvias dificultan la cosecha y encarecen la logística. Ni siquiera los ajustes puntuales de precio compensan las pérdidas, porque los productores no pueden sacar la mercadería del campo.
Para la segunda mitad del año la industria prevé sus primeros embarques a Brasil, pero deberá enfrentar la competencia de papas europeas más baratas y plantas que multinacionales, como McCain, ya erigieron en suelo brasileño.
El sector, históricamente resiliente, advierte que sin una planificación realista de oferta y demanda seguirán los ciclos de sobreproducción y caída de precios. Productores reclaman políticas que reduzcan la presión de costos y promuevan exportaciones, en lugar de mayor endeudamiento en dólares.
Alfredo Pereyra:
"Nos tocará el bolsillo otra vez y aprenderemos, a fuerza de pérdidas, a sembrar menos."







